Todo el mundo ha podido comprobar que llevamos un mes de octubre atípico, no ha llovido absolutamente nada, ha pasado el verano y no ha caído una gota, los campos continúan secos. Poca gente se preocupa de esta realidad, pero a día de hoy este problema es importante en no pocas zonas de aprovechamientos naturales en España.
El otro día nos dábamos una vuelta por los campos salmantinos donde esta sequía está afectando especialmente a un importante aprovechamiento forestal: La bellota.
Comienza la época de engorde de los cerdos ibéricos de bellota de los que proceden esos jamones y lomos tan sabrosos y codiciados por su alta calidad, su origen está en la producción de bellota de las dehesas salmantinas, extremeñas y andaluzas.
La dehesa es el hábitat del cerdo ibérico, las encinas producen la bellota que va creciendo a medida que pasa el verano completando su desarrollo en noviembre con las lluvias otoñales. Al no llover, la bellota no crece lo suficiente debido a la falta de suministro de agua y nutrientes, el fruto madura pero no con un tamaño óptimo, algunas con el calor se abren, saliendo "miel" del interior quedando la bellota como una "uva pasa" como fermentada.
La maduración en este caso se comprueba en el campo fácilmente, debido a que la bellota cae al suelo antes de tiempo, por ello la montanera se adelanta con la consecuencia de que se pudrirá antes en el suelo y el aprovechamiento en tiempo para el cerdo será menor.
Las consecuencias son obvias, descenso de producción, se ha estimado que la producción total de cerdos descienda un 20%. Este descenso no solamente viene originado por esta causa ya que el sector también tiene en estos momentos falta de financiación.
No sólo la bellota está en crisis, los pastos también están secos y el ganado vacuno extensivo en Salamanca atraviesa dificultades en estos días, los ganaderos tienen que hacer esfuerzos económicos con suplementaciones de piensos que evitarían si la climatología ayudara.
También el aprovechamiento de setas está en niveles de bajo cero debido a la sequía, en un momento en el que se valora cada vez más en la cultura culinaria de nuestro país.