25 de diciembre de 2013

Hoces del Duratón

En esta entrada mostramos fotografías de los parajes y vivientes de las Hoces del Duratón, paisaje invernal una mañana fría y soleada.


El agua en calma del Duratón hace las veces de espejo en esta toma, realmente impresionante.



 Diferentes instantáneas del vuelo majestuoso del buitre leonado.









La Ermita de San Frutos en su ubicación, al borde del acantilado, permite apreciar óptimamente el cañón que forma el río Duratón y el remanso que se crea con el embalse de la cercana presa de Burgomillodo


 Paisaje de las Hoces del Duratón, los nidos de los buitres se localizan en los cortados rocosos.


 Por último, muy de lejos, un corzo al otro lado del río paseaba tranquilamente.

13 de diciembre de 2013

GUADALQUIVIR


Un impresionante documental denominado "Guadalquivir, aguas abajo" se estrena en la gran pantalla, hoy viernes, 13 de diciembre. He podido ver el trailer de la película y me ha parecido espectacular, así que me he decidido a redactar esta entrada especial en Dehesa de los Alcotanes.
Producido por Wanda Visión, es el primer largometraje dedicado al campo y la fauna españoles y cuenta con los últimos avances tecnológicos de imagen y sonido.
Más que un río, el Guadalquivir es el cauce que une tres de los espacios naturales más importantes de España: Cazorla, Sierra Morena y Doñana.
Esta película nos muestra la vida al paso de la corriente, los paisajes de estos tres grandes espacios en las diferentes épocas del año. Comienza en otoño en las sierras de Cazorla y Segura, donde nace el gran río y el agua, más que fluir, se despeña por los riscos y cortados de piedra; son las tierras del águila real, el ciervo y la cabra montés.

Siguen las laderas suaves y ásperas de Sierra Morena en invierno, los paisajes de las grullas, el buitre negro y el lince ibérico. El viaje aguas abajo concluye en Doñana, en primavera y verano, allí donde una barrera de dunas detiene al río antes de disolverse en el mar, las aguas se desbordan en las marismas y la biodiversidad alcanza los máximos niveles de toda Europa.
En esta película las imágenes y los sonidos de la naturaleza se combinan para ofrecer una experiencia sensorial, una inmersión en el medio natural a través de los sentidos.

3 de diciembre de 2013

El arte de cetrería.

Halcón peregrino batiendo sus alas y a punto de salir del puño.

"El arte de cetrería".
Con este título, Felix Rodríguez de la Fuente escribe un libro fascinante, podría decirse que es el manual básico para todo aquel que quiera sumergirse en este precioso mundo de la cetrería. Antes de nada, Félix cuenta su historia personal de cuando era niño, en la que explica con sencillez y profunda emoción el origen de su afición en sus primeras líneas de esta gran enciclopedia. Os las transcribo porque creo que merecen la pena:

En el Norte de la provincia de Burgos, en el límite de la meseta, antes de que la severa orografía de Castilla se desplome hacia el mar por el fragoso escalón del sistema cantábrico, existe un anchuroso páramo: tierra rigurosa de pastores y de lobos, alta ruta de pájaros viajeros; fue la más fascinante escuela en los días de mi infancia.
Deambular por la llanura, acechar, descubrir nuevas formas y manifestaciones de la vida, era para mí un placer atávico, viejo y vital como la misma humanidad. En otoño, me pasaba los días tratando de sorprender a los patos salvajes. Y no para cazarlos, pues por aquel entonces no conocía yo el manejo de las armas. Era algo mucho más imperioso: quería verlos de cerca, saludarlos con mi mirada atónita; quizá, descubrir el secreto de su misteriosa atracción. Porque los patos salvajes siempre me han emocionado. Sus formaciones geométricas en el cielo de otoño, su tenso vuelo hacia las tierras de invernada, despertaba en mi espíritu indescriptibles nostalgias y ansias de nomadeo.
Ciertamente, mi situación no podía considerarse como normal, ni siquiera segura para un niño de 11 años: calado hasta los huesos por la fina lluvia, temblando de frío y ansiedad, entre los carrizos de una charca perdida en el páramo, a muchos kilómetros de mi casa, me sentía sin embargo, el más feliz y triunfante de los mortales. Porque ellos estaban allí, a pocos metros de mi escondite, tan cerca que podía distinguir el verde metálico de sus cuellos y los anaranjados picos. Al fin, lo había conseguido. Tras media hora de arrastrarme por el suelo pedregoso, veía de cerca a mis admirados viajeros.
Lleno de júbilo, salté hacia delante: grité. Y toda la bandada se puso en vuelo, con extraño clamor, salpicando mi rostro las gotas de agua proyectadas por sus alas. Entonces, un silbido creciente lo dominó todo. Una masa grisácea cayó como un proyectil hacia el centro de la bandada y chocó con uno de los patos, derribándolo en tierra, envuelto en una nubecilla de plumas.
Con asombro, me percaté de que aquel bólido mortífero era realmente un ave, que ascendía tan rauda e inesperadamente como había bajado.
Corrí hacia el abatido pato y tomé su cuerpo entre mis manos; era macizo, fuerte, pesado…, estaba muerto. Miré hacia el cielo, y allí, en lo alto, volaba en círculos el poderoso cazador, ya sólo un punto entre las nubes.
Absorto, apretando fuertemente su presa entre mis brazos, comprendí que había un ser superior a cuantos yo había imaginado: veloz, para herir como el rayo; fuerte, para quebrar de un golpe el vuelo del pato salvaje.
Solo, inmóvil, acepté con humildad el regalo que la naturaleza acababa de ofrecerme; ignorando que miles de años antes, un cazador del lejano neolítico recibiría en parecidas circunstancias la inspiración que le hizo concebir el más noble e increíble arte de caza: la cetrería.
Rodríguez de la Fuente, Félix. Prefacio en El arte de cetrería. Ediciones Nauta, Barcelona, 1970.


Alcotán preparado para la caza en el guante cetrero.






Diversas tomas de un halcón durante la caza en campo. En la última persiguiendo a una paloma.



El paisaje terra-campino con grandes espacios abiertos, ideal para la caza con halcón.




Otras fotografías de esta gran jornada cetrera en tierras castellanas.

29 de noviembre de 2013

Ficha 2. El Pardillo

El pardillo común (Carduelis cannabina L.) es una pequeña ave de la familia de los fringílidos, de tamaño similar al del jilguero, alcanzando los 12-14 cm de longitud. El dorso es pardo rojizo, con el pecho rayado en el invierno tanto en los machos como en las hembras. Tienen el pico corto y cónico y el aspecto general del plumaje es de color pardo oscuro. De ahí su nombre, y no como podrían pensar algunos, ya que como “pardillo” en el diccionario de la R.A.E. vienen las acepciones de “aldeano, palurdo…” o bien “persona incauta, que se deja engañar fácilmente”, pero no, el nombre de este pájaro viene precisamente de la coloración general parda de su plumaje.
Les gustan las zonas abiertas con árboles dispersos, se encuentran en huertos, campos de cultivo de secano y cereales, campos con rastrojos, barbechos, olivares, dehesas, marismas y durante la época de cría también en zonas de montaña con brezos y piornos.
Esta bonita foto tomada en la ciudad de Valladolid ilustra la ficha de la especie de la semana.

Fotografía realizada por Alex Rebollo.

23 de noviembre de 2013

La naturaleza en Sierra de Béjar




























Vista de la Sierra desde San Martín del Castañar.

Detalle del fruto de la rosa silvestre (Rosa canina).




























Hoja del castaño (Castanea sativa), árbol característico que da nombre a varios municipios, muy presente en toda la Sierra.

Actualmente el principal uso del castaño es la obtención de su madera, muy valorada para fabricar muebles, entarimados de suelo e instrumentos musicales.
Otro de los aprovechamientos de esta especie es la utilización de su fruto, tradicionalmente se empleó como fuente energética para la población rural, tanto mediante el consumo directo como en diversas recetas gastronómicas, y también como alimento para los animales domésticos (especialmente cerdos).
 
 

El colorido de la vegetación, que el otoño nos ofrece en estos montes, es espectacular. En la imagen inferior podemos observar el pico "El huevo" en la parte superior izquierda de la fotografía.


15 de noviembre de 2013

Ficha 1. El mochuelo.


El mochuelo (Athene noctua Scopoli), ¡qué ave rapaz más curiosa!, típica de Tierra de Campos, puede avistarse al atardecer en cualquier mojón de algún camino rodeado de vastos cultivos de secano.
Es un pequeño búho, por tanto de costumbres nocturnas, la más popular, conocida y abundante de las rapaces nocturnas españolas, sus principales presas son los coleópteros, pajarillos y pequeños mamíferos. Emite una especie de maullido quejumbroso <kiuu> o <quiuu> que es característico y que ha infundido miedos y supersticiones a lo largo de los siglos.
Intentar su amansamiento de adulto, es desde mi experiencia, un caso imposible. Son tercos y huidizos, muy voraces y curiosos. Cualquier pregunta que tengáis sobre el mochuelo no dudéis en hacerla, ¡será respondida en nuestro tablón de Facebook!
Con el mochuelo comenzamos en Dehesa de los Alcotanes un itinerario en el que de forma periódica analizaremos especies de fauna y flora ibéricas, espero que sea del interés de todos. Gracias por vuestro interés y apoyo.
Cita de la semana:
“Cada mochuelo a su olivo”.

11 de noviembre de 2013

San Martín del Castañar desde tiempos antiguos...

Burladero de la antiquísima plaza de toros de San Martín del Castañar.

Calle principal, se puede apreciar la típica arquitectura de la zona.



Iglesia y bar, dos sitios importantes de todo pueblo.


El fruto del madroño, rico alimento para la fauna silvestre.

8 de octubre de 2013

Ruta de los Castillos


Vista general de la estepa castellana un día de otoño. ¡Comenzamos la ruta!



Castillo de los Fontaneda, en Ampudia. Es del siglo XV y es considerado el mejor castillo palentino.


Hemos llegado al castillo de Montealegre, imponente fortaleza del siglo XIV que sirvió de modelo para fortalezas posteriores.



Desde Montealegre ya podemos divisar el siguiente castillo, ¡hacia allí nos encaminamos!


Aquí estamos en el Castillo de Belmonte con su impresionante torre del homenaje.




No es difícil por estas tierras encontrarte a media tarde con un rebaño de ovejas.
Se puede pasar un día muy completo por las tierras castellanas entre Palencia y Valladolid, desde Dehesa de los Alcotanes os lo recomendamos, ¡es una gran experiencia!