31 de diciembre de 2011

Cierre de año tras los corzos.

En Dehesa de los Alcotanes hemos querido cerrar este año 2011 con una última salida al Pinar de Antequera. El pasado día que estuvimos en el pinar, vimos fugazmente a los corzos y aquí lo contamos, me quedé sin fotografiarlos así que como despedida de este año que acaba quería volver a la zona y poder conseguir el objetivo aún sabiendo que no era nada fácil.
Para ello hoy ha habido que madrugar, no uso hide ni nada por el estilo, no tengo tiempo para poder montar las fotografías, el mecanismo es muy sencillo, en mi caso se basa en tener una buena y sencilla cámara Lumix (que me limita el alcance y por ello las fotos buenas tienen más valor) e ir andando por el campo y dar con el objetivo, lógicamente hay que conocer muy bien el terreno y dar la mano por las mejores zonas, tener buen ojo y sentido para encontrar las zonas de paso.
Así a las 8:30 de la mañana ya estabamos en el monte caminando campo a través en busca de algún bicho interesante. No llevábamos ni 20 minutos cuando vemos un corzo, se nos queda mirando, está todavía lejos y nos acercamos y salen otros dos más, la distancia sigue siendo amplia, alrededor de unos 40 metros nos separan, después echan a correr y les perdemos. A partir de este momento y tras salirnos un zorro tras unas matas, comienza la persecución y a lo largo de las 3 horas de caminata les volvemos a ver con acierto 2 o 3 veces más, todo en busca de una fotografía de mejor calidad, al final se hizo lo que se pudo pero el objetivo creo que está sobradamente cumplido.
Espero que os gusten las imágenes, que aún que no tienen calidad por la luz de este día y la distancia, lo tienen en cuanto al documento, sobre todo de los que vivís por esta zona cercana al Pinar de Antequera y que os sorprenderéis seguramente.

(Pinchad sobre las fotos para visualizarlas como presentación)








(En el seguimiento que hemos realizado identificamos dos hembras y un macho, en ocasiones es complicado debido a que estos animales se mimetizan a la perfección entre la vegetación, podéis verlo en las fotografías)








Un saludo y feliz año 2012  en el que esperamos seguir creciendo en calidad y número de entradas mensuales, muchas gracias por vuestras visitas.

13 de diciembre de 2011

Una mañana pinariega

Los pinares de Antequera dan para mucho y como no conozco a mucha gente que hable sobre ellos y que los muestre en la web, me estoy aficionando a salir y hacer fotografía de estos entornos preciosos.
El otro día me encontré con un amigo con el que hacía tiempo que no salía al campo, me  contaba que a poca distancia de su casa, en la conocida urbanización "El Pichón", en Valladolid, dando una vuelta en bici volvía a ver corzos en la parte más espesa del pinar, no era la primera vez.
Hay que decir que no es nada habitual ver a esta especie de la familia de los cérvidos pastando a pocos metros de urbanizaciones y colegios y más aún en esta zona del Pinar de Antequera donde nunca se habían avistado, eso hasta hace muy poco tiempo.
Pablo Abascal es el "vidente" de estas apariciones y sólo él los había visto, no es que la gente no le creyese pero claro ver corzos al lado de casa habitualmente... no era lo más normal. Con todo esto, el caso es que fuimos los dos y así yo era un testigo si volvían a aparecer los famosos cérvidos.


Era domingo y hacía frío, el día anterior había llovido y el terreno se hallaba húmedo, unas buenas botas solucionaron el problema, era media mañana y las espectativas (con tanto respetable "dominguero" danzando por el Pinar) eran escasas... Nos dirigimos guiados por Pablo y el labrador Malta a la zona en cuestión y con no poca suerte, a los 15 minutos de caminata saltan como a 50 metros un par de corzos, inconfundibles por el dibujo blanco de sus ancas. Les perdimos en segundos debido a la espesura y yo que iba preparado con la cámara no pude fotografiarlos. Decidimos rodearlos para después internarnos en el bosquete por el otro lado, eso hicimos pero tras andar y andar no dimos con ellos, sí vimos restos e indicios como huellas y excrementos, definitivamente esa es su zona dentro del entorno del Pinar de Antequera y allí se refugian, está claro que esta especie cada vez es más abundante y busca nuevos terrenos para alimentarse sobre todo en invierno cuando escasea el alimento.
A medida que llegaba la hora de comer el campo estaba más tranquilo y pudimos hacer fotos en detalle de elementos curiosos y llamativos que se pueden ver en un pinar, nos parece que no pero en realidad los pinares de Antequera dan para mucho y a partir de ahora parece que el ver corzos en esta zona no será  tan raro.

7 de diciembre de 2011

Paisajes de Pesqueruela, el Duero y el Pisuerga.


Últimamente están saliendo pocas jornadas soleadas en los campos vallisoletanos, esta es una de las causas de no haber podido realizar todas las salidas camperas que nos hubieran gustado. Aún así el otro día aprovechamos y nos acercamos a Pesqueruela que como sabéis es el lugar donde confluyen el río Pisuerga con el Duero, el punto que describe y que hace posible el dicho de que "el Pisuerga lleva el agua y el Duero la fama".
En este lugar se aprecia que el Pisuerga es tres veces más ancho que el Duero y que la cantidad de agua que lleva es mucho mayor, 80 metros cúbicos por segundo por los poco más de 30 metros cúbicos del Duero.

 Pinares de piñonero cercanos a Pesqueruela.
 La vegetación no leñosa de la ribera.
Lugar exacto de la confluencia del Pisuerga con el Duero.

Durante el paseo por la orilla del Duero hasta alcanzar la confluencia con el Pisuerga, salen al paso no pocos ánades reales, fochas, y alguna que otra garza o cormorán.




(Para ver las imágenes más grandes, pinchad sobre ellas).





Esto es todo por hoy, la próxima semana es posible que nos vayamos a un paraje que en estas fechas ¡puede dar sorpresas! Nos vemos amigos!!

4 de diciembre de 2011

Félix también hablaba sobre el toro bravo.


El toro de lidia es un animal gregario, que halla seguridad y refugio en una manada. Después del nacimiento, y antes del destete, el becerro vivirá ocho o nueve meses alimentado y protegido por su madre. Dado que su madurez sexual se produce a los 16 meses aproximadamente, poco después del año se separan machos y hembras, que, a partir de ese momento, vivirán en cercados diferentes. Las diferentes edades se denominan con nombres específicos: añojos (un año), erales (dos años), utreros (tres años), cuatreños (cuatro años) y cinqueños (cinco años).



En las manadas de toros se establece una rigurosa jerarquía. Se denomina mandón al toro dominante y que maltrata a los demás. Con cierta frecuencia, este jefe es desafiado por otro miembro de la torada para arrebatarle el liderato, produciéndose violentas peleas. El toro derrotado se denomina abochornado y es atacado y perseguido por el resto de la manada, quedando apartado de la misma y volviéndose irascible y muy peligroso.

Respecto a su comportamiento ante los capotes, es una creencia extendida que a los toros supuestamente les altera de alguna manera el color rojo. Esta creencia es falsa, como también lo es que estos animales vean en blanco y negro, pues en realidad los toros cuentan con visión dicromática, es decir, tienen capacidad de descomponer el espectro luminoso en dos componentes esenciales, y según la cantidad de cada uno son capaces de diferenciar los diferentes colores. En realidad, los toros, al embestir, cargan contra el movimiento.
Fuente: Jamacor.

11 de noviembre de 2011

Campeando entre el Duero y el Adaja

Cualquier excusa es buena para dar una vuelta por el campo vallisoletano en una tarde de otoño. En esta ocasión el destino escogido son los campos situados entre Viana de Cega y Valdestillas, hacia el sur de la provincia de Valladolid. Estas zonas las componen superficies pobladas por pequeños encinares y pinares de piñonero en su mayoría.
Eran alrededor de las 4 de la tarde, el campo estaba húmedo consecuencia de las lluvias de días pasados, hacía algo de frío y hubo que echar mano de ropa de abrigo, está claro, ya estamos entrando en noviembre y las temperaturas comienzan a descender. El cielo estaba cubierto, pero el viento empujaba a las oscuras nubes fuera de nuestro recorrido previsto. Comenzamos a caminar a través de una mancha de encinar, coto de caza que se mantiene bastante espeso y cerrado, los conejos en esta zona abundan y es frecuente observar indicios de la presencia de jabalí y corzo, pero nosotros de momento no veíamos ningún movimiento, había demasiada calma, pocos pájaros (un par de esquivos reyezuelos) y ni un solo ruido.
Cuando esto ocurre no puedes esperar que en esa tarde veas algo interesante, la intuición te dice que no promete… pero bueno siempre se pueden sacar fotografías de paisajes y algún que otro detalle curioso que nos brinda la naturaleza.


Continuamos la marcha a través de agrupaciones de jarales y llegamos a lo alto del llamado “Monte Blanco”, desde este punto se observa perfectamente todo el valle del Pisuerga, con sus cerros, largos páramos, verdes pinares y campos de cultivo. En su zona más alta se encuentra perfectamente situada una torre de vigilancia forestal, en verano siempre ocupada por un guarda, atento de la radio e incansable observador con los prismáticos por si se avista algún fuego.




Alguna que otra bonita foto conseguimos en esta tarde de campo, pero no todo lo esperado, para la próxima salida esperamos poder mostrar algún documento algo más espectacular.






5 de noviembre de 2011

El caso del cuervo carnicero.

Hace ya unos años de los ataques de cuervo al ganado ovino en la comarca catalana de Osona. La especie implicada depreda sobre los corderos recién nacidos cuando escasean otras fuentes de alimento.
Solemos pensar que especies como el jabalí, el ciervo, el oso o el lobo son normalmente conflictivas y esto a nadie se le escapa. En cambio es más difícil imaginar que otras especies más pequeñas y menos abundantes puedan causar daños, en ocasiones suelen ser situaciones concretas y suelen solventarse con facilidad, a veces no es así y los daños pueden ser difíciles de evitar.


En el año 1998 se produjeron los últimos ataques al ganado, se reclamaron los cuantiosos daños y la administración liquidó cerca de un centenar de cuervos, así se acabó el problema. Hay que decir que en los círculos conservacionistas no se dio demasiado crédito a estos episodios, y esta incredulidad se mantuvo cuando volvió a surgir un caso similar hacia octubre de 2003 y especialmente en 2004 y 2005.
¿Es posible que un cuervo cause tales daños? ¿Por qué los ataques volvían a producirse en la misma zona?















Fuente: rosavientos.es
El episodio comienza tras una serie de reclamaciones, los perjudicados solicitaban indemnizaciones por daños a cultivos producidos por grandes bandadas de cuervos que superaban los 200 ejemplares. Pero los casos más conflictivos se referían a los ataques al ganado, un total de 42 ataques diferentes que afectarían a 130 cabezas.
Los cuervos aprovechaban el parto de las ovejas para atacar, en el 90% de los casos acababan con la vida del cordero y 4 de cada 6 ovejas resultaban muertas. Esto explicaba parte de las dudas existentes, pero todavía quedaba descubrir por qué no se sufrían los ataques en el resto de Cataluña.


Un equipo del servicio de conservación y medio ambiente de la Generalidad de Cataluña se puso a investigar las causas y descubrió que en Osona (donde se producían los ataques) la densidad de córvidos era la más abundante de toda la región. Además se localizaron las dos únicas plantas de reciclaje de residuos orgánicos de la zona, en donde se habían detectado grupos numerosos de cuervos. El funcionamiento de estas plantas no es regular, sino que alternan picos de mucho trabajo con periodos de inactividad, lo que reduce el alimento disponible y fuerza a los cuervos a buscar otros recursos.
El ataque al ganado no es la conducta habitual en estas aves, aunque no hay que olvidar que son activos buscadores de carroña y que acostumbran a consumir carne de ovino y vacuno, además de ser depredadores habituales de pequeños y medianos animales.
En este caso, el problema se solucionó temporalmente con la captura de 90 ejemplares y ahora se busca un equilibrio de densidades de cuervos en la zona, si los ataques se repiten, los damnificados deben recibir un buen servicio pero creo que lo más importante es realizar una buena gestión en la ordenación cinegética y faunística de estas comarcas catalanas.


Información recogida del nº 246 de la revista Quercus.

2 de noviembre de 2011

26 de octubre de 2011

Como la copa de un pino.

El pino piñonero (Pinus pinea) es el pino característico de los arenales vallisoletanos, de copa globosa, ancha y frondosa. De él se extrae el piñón típico con el que se elaboran ricos alimentos en nuestra provincia y que permiten que estemos en lo alto del "podium", la primera potencia en exportación mundial de este producto.
Se podrían contar muchas cosas pero tan solo con esta entrada pretendo mostrar unas pocas fotos que realizé hace pocos días, una tarde de domingo cuando ya el sol caía inexorable sobre la estampa castellana de los pinares de Antequera, una calma precedía a la tormenta de la madrugada del lunes. Poca luz y poco tiempo, lo justo para ver cuatro pinos, ¡es lo que hay!.































Fotos variadas en las que se puede observar una clara formación sabanoide, un árbol derribado, regeneración abundante, copas globosas y estirados troncos.