6 de septiembre de 2011

Faenando en campo charro.

Tocaba veterinario en finca Los Huelmos, a primeras horas de la mañana ya estaban los caballos, preparados para montar y atados a la encalada pared del caserío, en un corro, el ganadero propietario, el vaquero, los veterinarios y otros colaboradores vecinos del oficio comentan y discuten la preparación para el saneamiento.
¿En qué consiste este saneamiento?, nos preguntamos. Pues ahora detalladamente pasamos a explicar un poco el procedimiento y los porqués de su realización a partir de esta experiencia en “Los Huelmos” un caluroso día de agosto.


La brucelosis bovina (del género Brucella) es una de las causantes principales de la realización de estos controles sanitarios al ganado por ser contagiosa para la población humana mediante el consumo de carne o lácteos. Por ello en las zonas potenciales ganaderas se efectúan estos controles.
El veterinario responsable de turno tarda y el personal comienza a impacientarse, el primer lote de vacas, unas noventa, ya están en el recinto del caserío pastando tranquilamente y observando nuestros movimientos, ya preparados para la operación. Al fin el equipo se completa y comienza el saneamiento, a cada res se le inyectará la vacuna y se le extraerá una muestra de sangre para analizar en laboratorio posteriormente y comprobar que no existe enfermedad, de lo contrario se sacrificaría a la madre y a su ternero.


Para poder llevar a cabo la vacunación, se introduce al animal en un cajón de hierro, estrecho, en donde se le reduce la capacidad de movimiento y así resulta mucho más sencillo su tratamiento. En el corral precedente al cajón, los animales “se lo hacen encima”, el estrés es elevado y entran a empujones en el “cajoncito”. Si el animal se niega a entrar se le ayuda con un "suave" calambre que le hace recapacitar y dejarse poner la vacuna. La raza bovina con la que estamos tratando, la morucha, no es precisamente mansa y por ello esta operación resulta algo más complicada.




Una por una, todas las vacas van pasando por el cajón, toda la mañana ocupada para introducir los tres grupos, en total más de 200. Así que a eso de las doce del mediodía, el almuerzo espera en una mesa al aire, en el patio del vaquero. El farinato, chorizo y salchichón ibéricos de la casa, tortilla de patatas… unos elementos, la verdad, riquísimos e ideales para recuperar energías y reanudar el arduo trabajo, ¡ya sólo queda la última vacada! A ésta hay que ir a buscarla a un cercado algo apartado, así que de nuevo montados en los caballos van para allá con los perros a traerlas, los gritos del vaquero se oyen a lo lejos, al trote van rodeando el grupo y llevándolo a la zona de los corrales para rematar la faena.


















Encierro dirigido por los caballistas desde los pastaderos hasta los corrales.

Una experiencia vivida muy interesante la que se nos brindó en Los Huelmos, espero con estas líneas haber explicado correctamente algunos de los detalles que me parecieron más destacables y que podemos aprender todos, va dirigida especialmente para aquellos aficionados al campo en su estado puro, en esta ocasión, la jornada de saneamiento veterinario en una bonita dehesa salmantina. 
Espero que os haya gustado, y si tenéis alguna pregunta o comentario podéis hacerlo a través de la página de facebook, tuenti, twitter o blogger. 

Un saludo.  


Agradecimientos a la familia Castaño Marcos.
Vídeo realizado por Miguel Martín.
Fotografías por Gabriel Rebollo.

(En el apartado NATURIBÉRICA de este blog se encuentran el resto de fotografías de esta jornada campera:http://dehesadelosalcotanes.blogspot.com/p/naturiberica.html).