13 de diciembre de 2011

Una mañana pinariega

Los pinares de Antequera dan para mucho y como no conozco a mucha gente que hable sobre ellos y que los muestre en la web, me estoy aficionando a salir y hacer fotografía de estos entornos preciosos.
El otro día me encontré con un amigo con el que hacía tiempo que no salía al campo, me  contaba que a poca distancia de su casa, en la conocida urbanización "El Pichón", en Valladolid, dando una vuelta en bici volvía a ver corzos en la parte más espesa del pinar, no era la primera vez.
Hay que decir que no es nada habitual ver a esta especie de la familia de los cérvidos pastando a pocos metros de urbanizaciones y colegios y más aún en esta zona del Pinar de Antequera donde nunca se habían avistado, eso hasta hace muy poco tiempo.
Pablo Abascal es el "vidente" de estas apariciones y sólo él los había visto, no es que la gente no le creyese pero claro ver corzos al lado de casa habitualmente... no era lo más normal. Con todo esto, el caso es que fuimos los dos y así yo era un testigo si volvían a aparecer los famosos cérvidos.


Era domingo y hacía frío, el día anterior había llovido y el terreno se hallaba húmedo, unas buenas botas solucionaron el problema, era media mañana y las espectativas (con tanto respetable "dominguero" danzando por el Pinar) eran escasas... Nos dirigimos guiados por Pablo y el labrador Malta a la zona en cuestión y con no poca suerte, a los 15 minutos de caminata saltan como a 50 metros un par de corzos, inconfundibles por el dibujo blanco de sus ancas. Les perdimos en segundos debido a la espesura y yo que iba preparado con la cámara no pude fotografiarlos. Decidimos rodearlos para después internarnos en el bosquete por el otro lado, eso hicimos pero tras andar y andar no dimos con ellos, sí vimos restos e indicios como huellas y excrementos, definitivamente esa es su zona dentro del entorno del Pinar de Antequera y allí se refugian, está claro que esta especie cada vez es más abundante y busca nuevos terrenos para alimentarse sobre todo en invierno cuando escasea el alimento.
A medida que llegaba la hora de comer el campo estaba más tranquilo y pudimos hacer fotos en detalle de elementos curiosos y llamativos que se pueden ver en un pinar, nos parece que no pero en realidad los pinares de Antequera dan para mucho y a partir de ahora parece que el ver corzos en esta zona no será  tan raro.